La última parada por nuestro viaje por Asia nos lleva a la desconocida Mongolia. Las ideas típicas que nos vienen a la cabeza cuando escuchamos hablar de este país es el nomadismo, el desierto de Gobi o Genghis Khan. Poco más sabemos y poco nos llega de esas lejanas tierras.
Como una píldora cultural llegó La Historia del Camello que Llora, película que nos acerca a Mongolia y a sus costumbres de una manera cercana y respetuosa con aquellos a los que retrata, incluidos los camellos. Este filme es un trabajo multicultural, siendo el tema y una de los directores originaria del país, ya que su codirector es italiano y la producción es alemana. Davaa y Falorni estudiaban en la prestigiosa escuela HFF (Universidad de Televisión y Cine) de Múnich y esta cinta fue uno de sus trabajos. Este documental pasó de ser un trabajo para la escuela a tener cierto recorrido y prestigio de la crítica, consiguiendo la nominación al mejor documental en los Premios del Cine Europeo y la nominación al Oscar al mejor documental.
La idea de los directores fue salir de los reportajes que enmarcaban a Mongolia bajo dos estereotipos muy presentes a principios del 2000: representar la idílica vida nómada a modo de postal o realizar una crítica social de un país decadente después de la caída de la U.R.S.S. El enfoque de los directores fue diferente, ya que lo hicieron de una manera más íntima, sin renunciar al particular ritmo del desierto del Gobi, que bajo nuestra mirada puede parecer un poco pausado.
La Historia (...) es una película muy representativa de cómo se puede realizar un documental:
- Se parte de una idea o de un hecho (Rechazo del camello-madre a su cría)
- Se va al lugar donde se puede producir el hecho y se espera que ocurra.
- Ocurre el hecho y se estructura un documental (forma narrativa) para contar no solo el hecho si no toda una historia con sus ramificaciones.
- La perspectiva de los directores es horizontal y de respeto con respecto a los personajes, su vida y sus historias.
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